CUARENTA SABORES TIENE EL CERDO
Y TODOS BUENOS
Constituía todo un rito social hasta hace escasas décadas. Servía para favorecer las relaciones y hacer comunidad entre vecinos y familiares por su laboriosidad y por el abastecimiento de alimentos para gran parte del año. Esta actividad era realmente toda una fiesta.
Los utensilios para la matanza eran muchos y variados: la mesa, los cuchillos, el gancho, el molino de carne, las grandes ollas, calderas para cocer morcillas, etc...
La matanza del cerdo llevaba el siguiente proceso:
- Al cerdo se le acorralaba en la corte, si el animal era grande, se necesitaban cuatro personas para poder arrastrarlo hasta el banco.
- Tumbarlo y colocarlo en la mesa tenía sus dificultades.
- A continuación tenía lugar el sacrificio. Se sujetaba al animal y el matarife procedía a pincharlo para que se desangrase. Se removía la sangre en el balde para que esta no cuajase. Ésta se utilizaba para preparar las morcillas.
- Ya sacrificado, al animal se le socarraba con aliagas y se le rascaba con tejas o coberteras mientras se lavaba abundantemente.
- Después venía el vaciado. Al cerdo, colgado por los tendones de las patas traseras, se le sacaban las tripas y las mantecas y se dejaba para que se enfriara.
- Mientras se procedía a la limpieza de las tripas.
- Se finalizaba con el despiece del animal para proceder a la elaboración de los diferentes productos.